Mi nombre
es Haruka Saki, tengo 16 años y asisto 4º del secundario. Soy una chica
sencilla, a veces tímida y me limito a hacer nuevas amistades por temor a no
caerles bien o que no les guste mi forma de ser. Llave 4 años de amistad junto
a Nanami y Nako, ellas me hacen sentir seguras, pese a nuestras diferencias de
personalidad hay algo que nos une (Nako:
Chica muy energética y algo masculina, no le teme a nada. Nanami: Chica dulce y tierna, algo cobarde pero
capaz de lograr sus objetivos, es una chica Kawaii), aunque Nako no sea tan
estudiosa, Nanami y yo nos encargamos de regañarla y ayudarla con sus estudios,
ya que a mi eso no me cuesta para nada, pero no es porque me la pase estudiando
solo lo se. Si es extraño, pero me gusta mucho leer desde que tengo 6 años y mi
cerebro es más grande que yo. Es una de las cosas que me molestan y temo que
alejen a las personas de mí, en fin, he aprendido a lidiar con eso y mí
alrededor es agradables, puedo acomodarme a ellos.
Lo que
siempre se, es que mis amigas son las únicas a las que puedo mostrarle mi
verdadero yo, ellas me hacen sentir especial al igual que ellas lo son para mi.
Por otro lado, mi adolescencia no ha
sido “tan genial” como el resto de las chicas, y de chicos ni hablar. Verlas a
ellas lo hacia tan sencillo, tan sueltas y sonriendo, hablando con chicos asi
de fácil, pues nuestro grupo de amigas no era asi. Mi timidez no permite que me
les acerque, pero lo peor es que nunca me había gustado un chico, lo veía algo
lejano a mí aun. Nanami siempre solía decir — “siempre habrá un chico indicado
para la chica indicada, solo hay que saber actuar y elegir” —, no entiendo esas palabras, pero
sus forma de ser lo explica mas. A diferencia de Nako, ella es muy prepotente y
no le interesa para nada empezar una relación, piensa que eso la ataría y no la
dejaría ser. Ya ha rechazado como a siete chicos desde que nos conocemos, no
como yo que nunca he recibido una confesión. Nanami supo tener un enamorado,
pero se trataba de un chico menor a ella, cinco años menor, era uno de los
niños que ella cuidaba como niñera en su tiempo libre. Eso si fue un desastre
total, nos perseguía hasta en el instituto, se metía sin permiso y le traía
chocolates o flores todo el tiempo. Tuvimos que hablar con sus padres o de lo
contrario le tiraría muchos problemas a Nanami, por suerte el problema no paso
a mayores, y nos reímos cada vez que recordamos al pequeño Yano; era un niño,
pero mucho mas caballero que cualquier chico de nuestra edad.
En fin, nuestra
vida en el secundario ha cambiado, al igual que las personas y sus
sentimientos, pero nuestra amistada crese más y mas haciéndonos
indestructibles, nunca nos separaríamos en nada. Al menos eso pensé yo, hasta
que este año la repartición de cursos no nos fue para nada favorables, las tres
quedamos en distintos salones, y no tenemos ni un solo curso que nos unas,
salvo por la clase de arte y educación física que son clases grupales por año. No
creemos que esto afecte nuestra amistad, pero si nos hará distante en alguno
momento, lo peor de todo es que debemos buscar una nueva amistada para pasar el
día en la clase.
Nanami tuvo
mucha suerte, es presidenta de su clase lo que la lleva a hablar con varias
personas de sus salón hasta reunirnos las tres en los recreos o el almuerzo. Nako
también tiene amigos en su clase, pero eso no me sorprende ya que su
personalidad es muy abierta y siempre fue de hablarse con varios de nuestras
clases pasadas, no solo con Nanami y conmigo. De hecho, ellas no me preocupan
en lo absoluto, soy yo la que me preocupa, nuca se me hizo fácil hablar con
personas nuevas y mucho menos un salón entero.
Ya han
pasado tres meses de clase y no he podido establecer una conversación con nadie
por más de 5 minutos. Lo pero es que mis notas siguen siendo las mas altas de
la clase y estoy comenzando a pensar que a un grupo de personas les molesta,
incluso ya me han puesto un apodo: “Come libro”. Este tipo de cosas nunca
lograron afectarme, pero antes estaba acompañada de mis amigas, ahora estoy
sola y me afecta definitivamente demasiado. Necesito algo de compañía, alguien
con quien hablar. Aunque no todos son asi en mi clase, obviando ese grupo que
es el más molesto de aquí, los demás son bastante amables pero no puedo
soltarme y ser yo mismas con ellos aun.
Aun nada
había cambiado para bien, incluso no tenia compañero de banco ya que me sentaba
en el primer banco junto a la ventana, hasta ese dia. Verán, un compañero fue
trasladado a otro instituto dejando su banco libre al fondo de mi misma fila,
según el profesor había un banco que sobraba en el salón por eso me sentaba
sola, pero como este chico no esta mas, desde ahora ocupo su lugar. Es un gran
cambio, pasar del primer al último banco pero la verdad no me afecta ya que aun
asi puedo ver bien la pizarra y atender a los profesores. El único problema es
mi nuevo compañero de bancos, es todo lo opuesto a mí.
Al pasar
una vida solitaria en mi salón, puedo detenerme a observar bien a cada persona
que lo compone, como son y cuales son sus nombres, aunque ellos no sepan el
mio. Mi compañero se llama Tachibana Natsume, y por mi observación, es el tipo
de chico popular, alegre que se lleva bien con todo el mundo, famoso entre las
chicas y algo desprolijo a la hora de prestar atención a la clase. Casi siempre
duerme durante las dos primeras horas, luego despierta y mira a su alrededor
sin entender nada, toma su libro y finge estar prestando atención, después del
almuerzo es un chico nuevo, alegre rodeado de chicas que empujan mi pobre banco
y tiran mis cosas. Nunca había odiado a
nadie, pero Tachibana esta haciendo de mi aburrida vida en el salón de una vida
despreciable. Sé que no es su culpa, pero esas chicas me fastidian demasiado,
sin contar sus celos por el hecho de que me siente a su lado.
—No puede ser
tan malo —Me dijo Nako
durante el almuerzo, y como siempre, Nanami la apoyo en absoluto.
—Nako tiene
razón, debes de enfrentar esos miedo y decirles que se aparten de tu banco, o
mejor. Para no despertar rencor a ellas, dile a Tachibana que te molesta y que
sea cuidadoso.
—Para ustedes es
fácil decirlo —Me
lancé sobre el hombro de Nanami para descansar—.Ya han pasado casi cuatro meses y no
he logrado hablar con alguien en mi clase, esto es frustrante. Cada vez me
siento mas sola, no doy más para que terminen las clases y podamos estar juntas
otra vez.
—Te comprendo —dijo Nako, poniendo su mano en mi
cabeza y acariciándola—, pero
no puedes pensar de ese modo ¿Qué pasa si otra vez nos separan? No estaremos
juntas siempre, y debes aprender a llevarte mejor con las demás personas.
Nanami
estaba de acuerdo con esas palabras —Eso
es muy cierto, Haruka-chan —Levanto
mi cabello pare ver mi rostro—. Piensa
que después del secundario cada quien seguirá caminos diferentes, carreras
distintas y luego trabajos separados. No puedes depender siempre de un grupo de
tres, es verdad que siempre seremos las tres mejores amigas en la vida, pero no
tiene nada de malo aceptar alguien más en ella.
—Tienen razón —Mis ojos brillaron al igual que mis
esperanzas —; intentare
cambiar mi forma de ser, debo ser mas abierta y hablar con demás personas.
—Y puedes
empezar con el tal Tachibana, ya que es muy popular de seguro aprenderás mucho
de el —Sonrió Nako al
decirlo—. Piénsalo, es
una gran idea para comenzar.
—No si quieres
que me maten sus seguidoras —Abrí
mis ojos muy grandes del susto.
—Pero debes de
hablar con el, no solo por las chicas que te molestan por su culpa, si no
porque también es tu compañero de banco, en algún momento se necesitaran para
un trabajo o pedir un libro, algo. —agrego
Nanami.
Me quede
pensando, hasta que el sonido de la campana me despertó. Me sentía confundida,
pero mis amigas tenían razón, debía cambiar y debía empezar por Tachibana. No
tiene nada de malo hablar, es solo un compañero de clases ¿Verdad? Seguí
preguntándome eso hasta entrara al salón, por lo visto el aun no había
regresado, a decir verdad, era la única en la clase.
No le di
importancia y tome asiento, espere como cinco minutos, al darme cuenta de que
nadie regresaba. Ahí fue cuando recordé que teníamos otra clase fuera del
salón, pero culpa de las chicas que admiraban a Tachibana no pude oír al
profesor, entre en pánico por unos segundos, no sabia a donde ir. Entonces, en
ese momento, entro mi salvador por una de las puertas del salón, me sobresalte
al verlo de golpe pero después me calme y note que se trataba del mismo
Tachibana. Me miro algo sorprendido, se dio cuenta que no era el estilo de
chica que faltaría a una clase.
—Es… ¿Te
encuentras bien, Saki-chan? —Mis
ojos se abrieron muy grandes de la sorpresa, el sabia mi nombre y lo nombraba
como si fuésemos amigos.
—Ehh, yo… -—Fue el peor momento para quedarme
sin voz, pero me esforcé y logre hablar con el —No… No se donde… ¿Dónde continua la
clase? —Estaba tan avergonzada.
Él me
sonrió -su sonrisa era muy hermosa- y luego soltó una pequeña risa.
—Ven, es en
laboratorio del 3º piso. Y no te preocupes, no eres la única despistada —Siguió riendo y camino hacia mí, al
menos eso pensé, pero en realidad tomo su libro de su bolso y me miro sonriendo
—Yo olvide mi
libro, no olvides el tuyo.
Solo no
podía dejar de mirarlo, asi que tome mi libro y fuimos juntos al laboratorio.
Lo mas extraño fue que él me hablaba como si nada, haciéndome pensar que la
única persona que ponía una pared entre mí y las demás, era nada menos que yo
misma. No podía dejar de admirar esa sonrisa, Nako tenía razón, yo debía
cambiar para bien.
Y asi los
días pasaban, mientras que Tachibana se convertía un mi primer amigo. Es un
chico bastante agradable, no es tan flojo como aparenta, de hecho, en los
últimos exámenes saco el tercer puesto después de mí y el del presidente de
nuestra clase. Eso es un gran misterio para mí, pero tal vez sea que estudia en
su casa ya que en clase no presta atención ni interés por los libros o las
clases que dicta el profesor.
En fin,
cada día nos llevamos mejor aunque tenga que lidiar con las miradas aterradoras
de dos o tres chicas de nuestro salón que me odian por estar cercana a él. Sin
contar las de otros salones, que se enteran por las malas lenguas. Dentro de
todo no he recibido amenazas, a demás mis intensiones son buenas y no me ven
como una chica peligrosa. Ni siquiera a mi se me cruzo por la cabeza “gustar”
de Tachibana como algo mas que un amigo. Básicamente nuestra amistad es hablar
durante algunas clases, prestarnos los libros que olvidamos, aunque siempre
Tachibana olvida sus libros -creo que es muy despistado-.
Ya estamos
casia fin de año y no estoy tan sola como al principio, desde que comencé a
hablarle a Tachibana todo mejoro, gracias que siempre olvida sus libros, tuve
que ir a la biblioteca por uno para historia ya que yo también lo había
olvidado, y otra chica de las clase llamada Mina Sakura. Al ir juntas a la
biblioteca, nos dimos cuentas que teníamos mucho en común y desde ese día nos
hablamos seguidos, podría decirse que ya somos amigas. Incluso solemos
juntarnos después de clases, hasta Tachibana nos acompaña con otros chicos del
salón.
La semana siguiente
de nuestra primera charla, fuimos todos los estudiantes de 4º al karaoke, asi
que pude presentarles a Mina a mis amigas y se llevan muy bien. Algunas veces
almuerza con nosotras y su amiga de la infancia, que también fueron separadas
de salón este año. Por lo visto, nuestro grupo esta creciendo y yo estoy muy
feliz.
Después del
karaoke, Tachibana descubrió que nuestras casas son en la misma dirección asi
que se ofreció de compañero de regreso. Casi todas las tardes volvemos juntos a
casa, y nos hemos hecho muy cercanos. Se tantas cosas de el como el de mi,
nunca imagine tener un amigo hombre, es extraño pero me gusta ser mas amigable
con las personas y mas suelta para hablar.
Otra tarde más,
de regreso a casa, hablando del trabajo que debíamos realizar juntos, Tachibana
interrumpió mis ideas.
—Emm,
a demás del trabajo ¿No te gustaría hacer otra cosa después de clases?
Haruka-chan —Dijo mi primer
nombre con su bella sonrisa en su rostro tan alegre de siempre.
Lo mire con
la boca abierta, aun no había terminado de hablar del trabajo de final de
biología, pero al oír mi nombre todo se me olvido.
—Tu… ¿Tu me
dijiste Haruka? —sonrió nuevamente.
—¿Esta mal? ¿Es
muy pronto? Es… Es que… Pensé que ya nos conocemos bastante, asi que quería
llamarte por tu nombre y tu a mi por el mío —Estaba algo nervioso, al menos eso note— ¿Puedo?
—Claro, porque
no, Natsume. —Yo sonreí, por
unos minutos su mirada parecía perdida en mi, lo que me puso incomoda y retome
la conversación —¿Qué
me decías sobre después de clases?
—Oh, si —Movió su cabeza para salir de ese
transe y me sonrió —. Que
podríamos hacer otras cosas, como esa vez que fuimos al karaoke.
—¿Cuándo fuimos
con la clase? —pregunte.
—Sí, pero…
Bueno, no con todos ellos, si no… —Las
palabras no le salían tan bien como para formar una bueno oración —. Sabes… —Me miro por unos minutos más y su
mirada se desanimo. Solo suspiro y me pregunto algo decepcionado de sus
palabras —¿Dónde nos
juntaremos para hacer el trabajo?
No entendí
ese cambio repentino, pero igual lo pase por alto.
—Decía que en la
biblioteca, después de clase para no perder tiempo y terminarlo rápido —Ya habíamos llegado a la calle donde
cada quien seguía su camino, no nos habíamos dado cuenta de tanto que
hablábamos.
—Es buena esa
idea —Me sonrió —, después de clases esta semana, asi de
seguro lo terminamos —Miro
su alrededor y noto donde ya estábamos—.Bueno,
creo que por hoy es todo —Soltó
su risa amigable y se despidió como siempre—. Nos vemos mañana, Haruka.
Hasta Mañana
—Seguí mi
camino, algo pensativa, es que esas extrañas palabras que Natsume intentaba
decir me habían dejado algo desorientada.
Los días
pasaban y por las tarde nos quedábamos en la biblioteca a terminar nuestro proyecto
de biología. A pesar de que no habíamos vuelto muy buenos amigos, durante esos
días, Natsume se comportaba algo raro. Ya no era tan alegre, estaba como mas
serio o pensativo, al principio pensé que era por el trabajo pero luego note
que estaba asi durante los recreos incluso con sus amigos. Era algo extraño,
tal vez algo estaba pasando o algo le estaba pasando, problemas familiares, con
amigos o cosas del estilo personal. No estaba segura, a demás sus amigos
también lo notaban raro pero no se atrevían a preguntarle ya que él era un
chico muy abierto y si no se los había dicho el mismo, era mejor no meterse.
Por lo menos asi pensaban ellos.
La semana
había terminado al igual que nuestro trabajo. La fecha de entrega había
llegado, todos estábamos en el laboratorio esperando al profesor y asi exponer
nuestros trabajos. Natsume no me dirigió casi las palabras, solo cortas frases
y muecas con su cara, estaba demasiado callado con todos.
El profesor
llego algo tarde, pero con suficiente tiempo para que todos los grupos
expusieran. Nosotros pasamos en tercer lugar, y al frente de todos, Natsume
hablaba y explicaba como si nada, no parecía el mismo que estaba sentado en su banco hace
unos minutos.
Eso solo
duro hasta que volvimos a sentarnos, cruzo sus brazos y se recostó en su banco
el resto de la clase. Intente no mirarlo mucho, pero ya me estaba preocupando y
no sabia como llamar su atención. Sentía que iba a alejarse de mi, entonces mi
pecho comenzó a doler, tal vez solo estos días fue amable conmigo por el
trabajo para no ser descortés y ya no quería ser mi amigo nunca mas. Pero no se
si solo era eso lo que me molestaba. No podía dejar de mirarlo, mi corazón
latía muy agitado y las manos me sudaban, no comprendía mis propios
sentimientos, pero lo que si sabia era que no quería separarme de él.
La clase ya
estaba a punto de finalizar, ahí fue cuando Natsume comenzó a despertarse y a
moverse, pero no levantaba su cabeza. No le quite los ojos de encima, por si
necesitara algo podía contar con mi ayuda. Metió su mano en el bolsillo y de
allí saco un pequeño papel el cual no soltó hasta que por fin sonó la campana.
Estaba a
punto de irme, ya había guardado todas mis cosas pero no podía dejarlo ahí
solo, ya que el no demostraba intensión de levantarse o algo.
—Natsume ¿Estas bien? —Me acerque un poco más hacia él.
Pero no me respondió nada—¿Estas
enojado o… —No me dejo
finalizar, saco el papel y lo puso en mis manos, y muy sonrojado volvió a
ocultar su rostro.
—Léelo
por favor —Solo dijo eso aun escondido.
Tome
su nota y la leí tal como me lo dijo, yo no sabia de que se trataba pero al
leerla mi corazón se aceleró mas y mas, esas palabras me llegaron:
“Me gustas mucho
Haruka, pero soy un cobarde y no me atrevo a decírtelo ¿Me perdonas?”
Claro que
me sonrojo al igual que el, mi corazón estaba a mil y mis manos sudaban peor
que antes. No sabia que responder, mis palabras fueron escazas.
—Natsume… Yo…
—No hace falta —Levanto su cabeza y me sonrió como
siempre pero con su cara totalmente colorada. Quise responderle, pero no me dio
tiempo y salió prácticamente corriendo.
Durante el
almuerzo, les conté todo a mis amigas y enloquecieron, estaban muy felices. Me
dieron miles de consejos, pero el mejor fue que debía resolver por mi misma lo
que realmente sentía por el. Eso lo hacia mas difícil, porque yo no sabia que
sentía realmente.
Los días
pasaron y Natsume ya casi ni me hablaba, hacia como si nada hubiera pasado lo
que me estaba molestando, yo quería hablarle pero el rompía toda oportunidad.
—Estoy tan
molesta, no entiendo porque tiene que ignorarme —Le comentaba a Nako mientras
caminábamos hacia la escuela. El día de la graduación había llegado, otro año
terminaba e ingresábamos a otro nuevo año escolar—. Espero que este año nos toque
juntas, no soportaría tener a Natsume de nuevo.
—¿Sabes porque
estas enojada? —Me
sonrió Nako.
—¿De que hablas?
—La mire
desentendida.
—Es porque
Natsume te gusta, si no fuese asi no te importaría dejar de hablarle —Comenzó a reír—. Debes de decirle lo que sientes, no
pierdas esta oportunidad por una tonta confusión entre ustedes.
Las
palabras de Nako rondaron en mi cabeza casi todo el día, pero eran ciertas. No
podía despegarle la mirada a Natsume, sentía que estaba tan lindo y quería
estar con el pero no sabia de que forma decirlo. Descubrir que un chico te
gusta y saber que debes de hablar con el para que esto no se pierda, te pone
definitivamente muy nerviosa y no consigues obtener las palabras adecuadas.
Después del
acto de ceremonia la formación se rompió y cada quien saludaba a sus amigos y
compañeros nuevos que habían hecho ese año, esperando volver a verse al siguiente.
Yo también lo hice, pero sin despegar la mirada a Natsume. De momento a otro,
se me perdió y comencé a preocuparme. Los busque por todos lados hasta toparme
con uno de sus amigos que me dijo que ya se haba ido a su casa. Las lagrimas
comenzaron a mojar mis mejillas, no quería perderlo asi que corrí tras de él.
Durante el
camino que siempre recorríamos junto no logre encontrarlo, asi que decidí ir
por el camino que ya nos separaba en su dirección. Aunque solo conseguí
perderme, llegue hasta una plaza y me quede sentada en una de las bancas
llorando como una estúpida.
Después de
unos minutos, comencé a sentir pasos tras de mi pero la verdad ya nada me
importaba. No tenia como comunicarme con Natsume en estas vacaciones, ni sabia
donde vivía.
—¿Qué haces
aquí? —Una voz muy
conocida, que acelero mi corazón, hablo a mis espaldas. No tarde en volteare
cuando lo vie, era el, era Natsume.
—Eres… Eres tu… —Con lagrimas en mis ojos me levante
y lo abrase son explicarle nada.
—¿Estas bien?
¿Paso algo malo? —Estaba
preocupado por mi y me abrazaba.
—Si —Lo mire y le sonreí—, casi pierdo a la persona que mas me
gusta y mas importante para mi.
El entendió
y seco mis lágrimas, su cálida sonrisa me reconforto.
—Perdóname por
ser un cobarde, Haruka. La verdad es que me gustas mucho y soy tan estúpido que
no podía ni hablarte por los nervios. —Estaba
muy feliz, mi corazón latía de felicidad.
—Tú también me
gustas mucho y me comporte como una tonta también.
Ambos
sonreímos y volvió a abrazarme muy fuerte. Lugo tomo mi rostro y me dio mi
primer beso. Sus labios estaban muy cálidos, pero deliciosos.
Y asi, comenzó
mi primer amor con tan solo romper esa pared que yo misma había creado, la
pared que no me dejaba ver lo valioso que tenía justo a mi lado…
Fin...
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