18/8/13

Cambio de Personalidad - Cap. 7

Capítulo 7: Esa mujer. 

Dos semanas después del encuentro con Kai, Tsubasa sentía que debía consular con la verdadera Ayami al respecto, ya que los mensajes de él no paraban de llegarle y lo molestaba con esas miradas sorpresivas en los corredores de la escuela. Así que esa mañana se levantó decidido aunque nervioso ¿Por qué? Ni él lo sabía. Desayuno muy rápido y salió directo a clases con esperanzas de encontrarla temprano, pero al llegar a la entrada, se topó que Kai estaba allí esperando a alguien, seguramente a Ayami así que el debió pensar rápidamente y escabullirse.
—¡Maldición! No muchos estudiantes vienen a esta hora ¿Por qué el ante todos? —Se decía a si mismo con odio.
Permaneció escondido tras un árbol con esperanzas de que entrara o se alejara de allí, pero para mayor sorpresa, Ayami llegaba a la academia.
—Ahí esta ella —Gurdo un minuto de silencio hasta sorprenderse—¿Por qué Kai quiere hablar con ella? Mejor dicho ¿Por qué conmigo?
Kai se aproximó al supuesto Tsubasa y con seriedad comenzó a hablarle, pero el verdadero no podía oír nada por la distancia solo veía mover sus labios sin que las palabras llegaran a sus oídos. Luego se sorprendió más al ver que juntos entraban al instituto. Allí es cuando vio su oportunidad y salió corriendo tras ellos, no llego a alcanzarlos pero si a ver que ingresaron juntos al salón de clases, aunque Kai no pertenecía al mismo, permaneció allí comenzó a hablar con Ayami.
—¿Qué querías decirme? —pregunto Ayami intentando parecerse lo más posible al brusco de Tsubasa.
—Es sobre Ayami.
El silencio fue notorio, más la sorpresa en el rostro de Ayami y Tsubasa, quien oía todo escondido en el corredor.
—Por la expresión de tu rostro veo que te sorprende mucho que te hable así de ella, pero debo hacerlo —prosiguió—; creo que estas, de alguna manera, entrometiéndote entre nosotros.
El rostro de Ayami se destiño a un blanco pálido. Mientras que Tsubasa apretaba fuertemente sus puños de rabia, era el quien debía y quería responder a las palabras de Kai.
—N-No sé a qué te refieres.
“¿Qué respondería Tsubasa?” Pensaba Ayami en sus adentros, mientras que los nervios de la conversación no la dejaban soltarse de esa tensión que sentía.
—¿No lo sabes? —sonrió con rencor—; siempre que tengo la oportunidad de hablar con ella apareces de la nada y ella cambia la forma de ver las cosas, en otras palabras, solo te ve a ti.
“¿Tsubasa, me ve a mí?”; seguía pensando Ayami pero más confusa.
—Creo que estas equivocado —dijo temerosa.
—¡Claro que no! —Levanto la voz, lo que hizo que Tsubasa casi interrumpiera—; Claro que no, hace unos días hable con ella de Salí, algo importante debo decirle pero más tarde la vi contigo en el patio… Parecían tan íntimos. Desde ese día ya no responde mis mensajes ¿Qué paso entre ustedes? ¿Están saliendo?
Ayami enmudeció.

—¡Solo dímelo, quiero saberlo para ya no entrometerme! O para dejar de ilusionarme con ella —Su voz sonaba angustiada.
“¿Qué hago, que debo hacer?”; se preguntaba a sí misma, al igual que Tsubasa en sus pensamientos mientras oía todo.
—N-No pude ser que hasta hace unos meses atrás eran los más conocidos por el instituto entero como los “más grandes rivales” y ahora anden tan juntos como si fueran pareja. Solo dímelo…
—Estas mal interpretando las cosas, Kai —dijo Tsubasa mientras entraba al salón.
—¡Ayami! —dijo sorprendido.
—La directora nos castigó por nuestro comportamiento y si no cambiábamos eso podríamos ser expulsados, por eso ahora nos llevamos bien.
—Tsu… Ayami —dijo Ayami.
—Es la verdad ¿O no Tsubasa? —Miro serio a Ayami.
—Es-Eso creo.
—¿Entonces porque no contestas mie mensajes o me evitas? —pregunto Kai.
—Solo he estado ocupada con cosas del comité escolar y después del accidente del viaje, no me he sentido con mucho ánimo —sonrió amablemente—; pero prometo responderte hoy ¿De acuerdo?
—S-Si —Estaba apenado por sus acusaciones—¡Lo siento mucho, Tsubasa! Lamento haber mal interpretado las cosas.
—Es-Esta bien —respondió Ayami.
Finalmente se despidió y retiro a su salón. Mientras que Ayami miraba muy sorprendida a Tsubasa, estaba distinto esa mañana.
—¿Men-Mensajes? —pregunto ella.
—De eso quería hablarte hoy temprano, por eso me apresure a llegar solo que ya era tarde. Kai se había encontrado contigo primero, lamento que haya mal interpretado nuestra relación.
Aún seguía serio.
—Yo lamento eso, fue mi culpa, siempre se me olvida que ahora soy tu —dijo apenada—; a partir de ahora lo haré bien, lo prometo.
—Lo sé —sonrió con un calidez.
Ella esperaba un regaño de su parte, pero en cambio recibió una sonrisa que no esperaba de él, una sonrisa que la hizo temblar de una hermosa manera pero que la confundía.
—¿Entonces, que haremos con Kai? ¿Saldrás con él?
—No lo sé —Bajo la mirada—; pronto se aproximan los finales y aún no hemos solucionado esto, incluso las fiestas…
Tsubasa no la dejo seguir.
—Ya te dije que no te preocuparas por eso.
—Pero…
—¿Saldrás con él? Prometo estudiar duro y no bajar tus notas.
—Se lo veía muy decepcionado ¿Verdad? Creo que se lo debo, después de dejarlo de lado desde la última salida. Pero será después de los finales, dile eso.
¿Después de los finales? Eso sería para las fiestas, es decir, Ayami… ¿Quería ser ella misma cuando salieran?; pensaba Tsubasa con dolor.
—Se-Seria para las fiestas ¿Entonces?
—Supongo que sí.
Tsubasa asintió. Eso dolió.
—¡Buenos días! —dijo con alegría Sakura al entrar.
Rompió con la tensa y dolorosa atmosfera que Tsubasa había creado.
—Voy al baño.
Se fue rápidamente dejándolas solas, Ayami no entendía esa reacción ni las anteriores ¿Qué pasaba con él en estos momento? Al no saber la respuesta, la hacía sentir más torpe que con la respuesta a su cambio de cuerpos.
—¿Qué pasa con él? —pregunto Sakura sorprendida.
—No lo sé.
De regreso al salón, Tsubasa estaba tan distraído que choco con Nana en el corredor.
—¡Lo siento! ¿Nana?
—Te noto algo perdido ¿Estas bien?
—Algo mareado —Miro al suelo.
—Bueno pero no es momento de que te deprimas, tengo una noticia que darles a todos —sonrió mientras lo tomo del brazo y lo metió al salón donde Sakura y Ayami esperaban—¡Está de regreso! —dijo sonriendo y sorprendiendo a todos.
—¿La bruja? —dijo Tsubasa bruscamente.
Nana asintió, a lo que él quiso salir corriendo pero ella lo detuvo.
—No podemos ir ahora, tenemos clases.
—Pero…
—Además me vio observándola, así que dudo que este en el local en este momento.
—Con más razón debemos apresurarnos —insistió Tsubasa.
—No podemos, ya está el rector en la entrada controlando las salidas y entradas de los estudiantes.
—¡Maldición!
—Podemos escaparnos en el almuerzo —dijo Sakura para tranquilizarlo un poco.
Las horas perecían ser eternas para Tsubasa, quien quería salir corriendo a buscar a esa mujer y descargar todo lo que había guardado para este día que al fin había llegado. Ayami no podía dejar de mirarlo y notar esa expresión en su rostro, de cierta forma podía saber lo que él estaba pensando o al menos se aproximaba.
La hora del almuerzo llego, el momento tan esperado. Los cuatros se reunieron en el patio trasero para ver como lograban salirse. Ese día era uno de los más fríos, parecía que pronto nevaría. Era un día gris. Los amigos lograron salirse por una de la viejas entradas al campo de entrenamiento, con el frio en su contra, pero la necesidad de en contra a esa mujer fue más fuerte y los ayudo a soportarlo y salir sin abrigos para que los profesores no sospecharan su huida.
Finalmente a pocas cuadras de llegar, pudieron notar a una persona entrara a esa tienda. La última vez que la visitaron estando abierta nadie entraba en su interior, por lo que solo se podía tratar de una sola persona, la hechicera.
—¡Esperen! —gritó con suavidad Sakura a pocos metros de entrar—¿Qué le diremos?
Ni Nana se sentía capaz de responder en ese momento.
—No debemos atacarla o no nos dirá nada —agrego Ayami.
—¿Pero le hablaremos de la maldición que Nana encontró? —pregunto Sakura.
—Primero dejemos que ella nos diga, si se abstiene a responder ahí le diremos todo —dijo Nana.
Al entrar a la tienda, el olor al sahumerio le fue muy familiar a Tsubasa, ya que ese aroma lo había metido esa vez ahí dentro. Se aproximaron lentamente al mostrador que se encontraba al fondo del local, después de haber pasado el pasillo lleno de libro viejos y objetos extraños.
—¿Qué los trae a mi tienda? —dijo amablemente la mujer como si nunca los hubiera visto antes.
—¿No se acuerda de nosotros? —pregunto Ayami acercándose a ella.
—Claro que sí, linda niña —dijo sonriendo.
Eso sorprendió a todos dejándolos helado, ella lo sabía, sabía todo.
—¿Se está burlando de nosotros? —dijo Tsubasa, no tan tranquilo como Ayami.
—Claro que no, jovencito. Se ve que has cambiado pero sigues siendo algo impulsivo —Soltó una corta risa.
—Cálmate Tsubasa —dijo Nana—; por lo que vemos usted debe exactamente lo que está pasando con ellos y debo suponer que sabe porque estamos aquí.
—A estas dos encantadoras jovencitas aun no las conozco ¿Sus nombres?
La mujer evadía cualquier pregunta o acusación.
—Soy Nana y ella es Sakura, pero ahora responda nuestras preguntas.
—Como pareces una niña amable y muy inteligente, responderé preguntas inquietas—sonrió.
—Entonces… ¿Qué paso con ellos? —prosiguió Nana.
—Es evidente que ambos cambiaron de cuerpo, pero creo que eso ustedes ya lo saben de otro modo no estarían aquí —continuo sin borrar esa sonrisa—; así que formula mejor tu pregunta.
Nana quedo petrificada. Tsubasa quería saltar sobre ella pero Ayami lo sostenía.
—Tiene razón, me disculpo —dijo Nana y acomodo sus anteojos.
—¡¿Qué?! —pregunto Tsubasa alterado.
—Continua, niña —insistió la mujer.
—Ya sabemos que ellos cambiaron de cuerpo, pero lo que queremos saber es ¿Por qué?
—Los jovencitos entraron a mi tienda y se colocaron el colla que les di, como consecuencia ellos intercambiaron sus almas.
—¿Por qué usted hizo eso?
—Yo no lo hice, yo solo le di los collares y ellos aceptaron ponérselos. Como sus almas se encontraba inestables entre sí, los collares actuaron por si solos.
—Pero usted sabía que ellos no tenían muy buena relación, aun así sabiendo lo que pasaría se los dio.
—No fue mi culpa, el alma del joven pedía por ayuda y entro aquí.
—¿Mi alma? —dijo sorprendido.
Ayami recordó que fue el quien solo sintió ese aroma que lo llevo ahí dentro ese día.
—Tu alma no parecía estar muy contenta con la relación que llevabas con esta jovencita, por lo que pido ayuda a los talismanes que llevan los collares. Yo solo fui un mediador.
—¿Quiere decir que esto es mi culpa?
—Claro que no, tu solo estabas perdido y tu alma fue quien te ayudo a ver y descubrir lo que tanto deseabas inconscientemente —sonrió y lo miro fijo—; puedo ver que al fin tú lo has logrado—luego de unos minutos de silencio, miro a Ayami—¡Qué pena! Ella aun no logra comprender a tu alma.
La tensión de Tsubasa bajo, pero Ayami era ahora quien estaba preocupada.
—Resumiendo ¿Cómo solucionamos esto? ¿Cómo vuelve cada alma a su cuerpo? —replico Nana.
—Veo que conoces sobre la leyenda, no debí subestimarte.
—¿Cómo se dio cuenta?
—Resumiendo —sonrió mientras la imitaba en cierta manera—; yo no puedo ayudarles, son ellos quienes encontraran la respuesta, la mitad está hecha por lo que ven mis ojos. Solo falta que la otra mitad logre comprenderlo.
Ayami sabía que se refería a ella, pero aun así guardo silencio.
—Eso no tiene sentido, usted puede deshacer esto —insistía Tsubasa.
—Yo no puedo —dijo la mujer sorprendida—; este tipo de conjuro no puede ser desecho ni por su creador, son de las almas de quienes estamos hablando. Solo ustedes pueden hacerlo, ya se los dije.
—Pero no siquiera sabemos cómo está hecha la mitad y quiere que lo solucionemos.
—Jovencito, no te precipites. Sé que lo lograran, están muy cerca.
—Esto no tiene sentido, ya vámonos —dijo molesto.
La mujer los miraba marcharse sin borrar su sonrisa.
—Yo sé que ella lo hará —murmuro.
Ayami no pudo evitar voltear y verla por última vez, la mujer la estaba saludando y ella respondió. No parecía mala persona, solo quería ayudar y es verdad que ellos estaban fuera de control en ese entonces. Al pasar los días, Ayami pudo comprender lo mucho que desperdicio al no conocer a Tsubasa como lo conocía ahora, esto podría haberse evitado si ambos hubieran puesto de si, no solo el, ella también era culpable de sus propias acciones.
Fuera de la tienda, Tsubasa seguía insultando y gritando muy molesto, mientras que Sakura intentaba tranquilizarlo, ya que estando en el cuerpo de Ayami eso no era muy femenino.
—Es mi culpa, aun soy yo quien no encuentra la respuesta —dijo Ayami.
—¿De qué hablas? —pregunto él.
—Con solo ver las miradas de esa mujer era fácil saber que ella hablaba de mí, aun soy yo quien no resolvió el acertijo de esto. Tú ya lo hiciste, Tsubasa.
—Yo note lo mismo —dijo Nana—. Pero ni Tsubasa sabe que hizo ¿Cómo resolveremos tu acertijo, Ayami?
—Debes saberlo, Tsubasa. De algún modo debes pensar que ha cambiado respecto a nosotros que pudo haber resuelto la mitad de este acertijo confuso—Lo miro fijamente.
Tsubasa se puso nervioso por su mirada y se sonrojo.
—¡No lo sé! —Aparto la mirada—; dame tiempo de pensarlo.
Ayami asintió con una sonrisa. Esperaría por su respuesta, mientras tanto regresaron al instituto, ya casi era hora de su próxima clase y estaban tarde.
El resto del día, Tsubasa se pasó pensando en la respuesta aunque él ya lo sabía, sabia peo lo que desconocía era la forma de expresárselo a Ayami sin que esta se diera cuenta de sus sentimiento. Aun así, a la salida, él la detuvo e intento decírselo de algún modo.
—No estoy muy seguro.
—Solo dime lo que sea, necesito lograr hacer mi parte —dijo sonriendo.
—Yo creo que llegue a conocerte de verdad, ya no te miro de la manera en que hace meses lo hacía, es decir, ya no eres una chica mandona y controladora, sino una luchadora y que quiere cumplir sus sueños ¿En-Entiendes? —Trato de decirlo sin que sospechara de sus sentimientos, aun así se puso algo nervioso.
Ayami era despistada en el amor, así que lo entendió a su manera.
—Entonces —Gurdo silencio por unos minutos mientras pensaba—¡Ya se! —grito con euforia.
—¿Q-Que sabes? —pregunto sonrojado.
—¡Ya sé cómo encontrar una solución! —sonreía—¡Salgamos este fin de semana!
—¡¿EN QUE ESTAS PENSANDO?!
—No te alteres, es para conocer más sobre ti de modo divertido como recompensa por ayudarme —sonrío nuevamente—; tu dijiste que ya no me ves como antes, ahora me conoces, entonces yo debo hacer lo mismo pero para que no la paces mal te invitare al parque que abrirá este fin de semana por las fiestas.
—Estás loca.

Se dio media vuelta y comenzó a caminar, Ayami no entendía lo que quiso decir el antes pero le daba risa del modo que ella lo tomaba, de todos modos terminaría aceptando salir con ella, solo que era divertido verla correr tras de él mientras le rogaba ayuda.
Flor ~ Hana Sakura ~ 

2 comentarios:

  1. Me encanto la historia! Y espero que se arregle eso de tu Blogger (maldito blogger, siempre jodiendola con algo...). Ahhhgg! Ayami! No sea lenta! Date cuenta de tus sentimientos! Agggg! Ayami porque eres tan Ayami... (Ceci: Te das cuenta de que estas hablando de una historia, verdad? Inventada... Stella: Ahh... Verdad... Y que tiene!? Ceci: *facepalm*). Tsubasa es tan Asdfghjkl <3 Lo amo! Un dia de estos lo raptare y le dar con el látigo (?

    Bss ^^

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajaja Hola!! Gracias por tu comentario tan divertido ^^... Bloggertroolllll -.- jaja ... Todas imaginamos un Tsubasa tan sensual y latigable xD ok, no ... Beso :)

      Eliminar

Hola :D ¡¡Gracias por tus comentarios!! Ellos ayudan a que mi blog crezca... Y por leer mis historias ^^ ~

*No agredas a los demás...
*No insultes...
*Respeta las demás opiniones...

Saludos ~ Flor - Hana Sakura