Capítulo 7:
Esa mujer.
Dos semanas después del
encuentro con Kai, Tsubasa sentía que debía consular con la verdadera Ayami al
respecto, ya que los mensajes de él no paraban de llegarle y lo molestaba con
esas miradas sorpresivas en los corredores de la escuela. Así que esa mañana se
levantó decidido aunque nervioso ¿Por qué? Ni él lo sabía. Desayuno muy rápido
y salió directo a clases con esperanzas de encontrarla temprano, pero al llegar
a la entrada, se topó que Kai estaba allí esperando a alguien, seguramente a
Ayami así que el debió pensar rápidamente y escabullirse.
—¡Maldición! No muchos
estudiantes vienen a esta hora ¿Por qué el ante todos? —Se decía a si mismo con
odio.
Permaneció escondido tras un
árbol con esperanzas de que entrara o se alejara de allí, pero para mayor sorpresa,
Ayami llegaba a la academia.
—Ahí esta ella —Gurdo un
minuto de silencio hasta sorprenderse—¿Por qué Kai quiere hablar con ella?
Mejor dicho ¿Por qué conmigo?
Kai se aproximó al supuesto
Tsubasa y con seriedad comenzó a hablarle, pero el verdadero no podía oír nada
por la distancia solo veía mover sus labios sin que las palabras llegaran a sus
oídos. Luego se sorprendió más al ver que juntos entraban al instituto. Allí es
cuando vio su oportunidad y salió corriendo tras ellos, no llego a alcanzarlos
pero si a ver que ingresaron juntos al salón de clases, aunque Kai no
pertenecía al mismo, permaneció allí comenzó a hablar con Ayami.
—¿Qué querías decirme? —pregunto
Ayami intentando parecerse lo más posible al brusco de Tsubasa.
—Es sobre Ayami.
El silencio fue notorio, más
la sorpresa en el rostro de Ayami y Tsubasa, quien oía todo escondido en el
corredor.
—Por la expresión de tu
rostro veo que te sorprende mucho que te hable así de ella, pero debo hacerlo —prosiguió—;
creo que estas, de alguna manera, entrometiéndote entre nosotros.
El rostro de Ayami se
destiño a un blanco pálido. Mientras que Tsubasa apretaba fuertemente sus puños
de rabia, era el quien debía y quería responder a las palabras de Kai.
—N-No sé a qué te refieres.
“¿Qué respondería Tsubasa?” Pensaba Ayami en sus adentros, mientras que los
nervios de la conversación no la dejaban soltarse de esa tensión que sentía.
—¿No lo sabes? —sonrió con
rencor—; siempre que tengo la oportunidad de hablar con ella apareces de la
nada y ella cambia la forma de ver las cosas, en otras palabras, solo te ve a
ti.
“¿Tsubasa, me ve a mí?”; seguía pensando Ayami pero más confusa.
—Creo que estas equivocado —dijo
temerosa.
—¡Claro que no! —Levanto la
voz, lo que hizo que Tsubasa casi interrumpiera—; Claro que no, hace unos días
hable con ella de Salí, algo importante debo decirle pero más tarde la vi
contigo en el patio… Parecían tan íntimos. Desde ese día ya no responde mis
mensajes ¿Qué paso entre ustedes? ¿Están saliendo?
Ayami enmudeció.
—¡Solo dímelo, quiero saberlo para ya no entrometerme! O para dejar de ilusionarme con ella —Su voz sonaba angustiada.
“¿Qué hago, que debo
hacer?”; se preguntaba a sí misma, al igual que Tsubasa en sus pensamientos
mientras oía todo.
—N-No pude ser que hasta
hace unos meses atrás eran los más conocidos por el instituto entero como los
“más grandes rivales” y ahora anden tan juntos como si fueran pareja. Solo
dímelo…
—Estas mal interpretando las
cosas, Kai —dijo Tsubasa mientras entraba al salón.
—¡Ayami! —dijo sorprendido.
—La directora nos castigó
por nuestro comportamiento y si no cambiábamos eso podríamos ser expulsados,
por eso ahora nos llevamos bien.
—Tsu… Ayami —dijo Ayami.
—Es la verdad ¿O no Tsubasa?
—Miro serio a Ayami.
—Es-Eso creo.
—¿Entonces porque no contestas
mie mensajes o me evitas? —pregunto Kai.
—Solo he estado ocupada con
cosas del comité escolar y después del accidente del viaje, no me he sentido
con mucho ánimo —sonrió amablemente—; pero prometo responderte hoy ¿De acuerdo?
—S-Si —Estaba apenado por sus
acusaciones—¡Lo siento mucho, Tsubasa! Lamento haber mal interpretado las
cosas.
—Es-Esta bien —respondió
Ayami.
Finalmente se despidió y
retiro a su salón. Mientras que Ayami miraba muy sorprendida a Tsubasa, estaba
distinto esa mañana.
—¿Men-Mensajes? —pregunto
ella.
—De eso quería hablarte hoy
temprano, por eso me apresure a llegar solo que ya era tarde. Kai se había
encontrado contigo primero, lamento que haya mal interpretado nuestra relación.
Aún seguía serio.
—Yo lamento eso, fue mi
culpa, siempre se me olvida que ahora soy tu —dijo apenada—; a partir de ahora
lo haré bien, lo prometo.
—Lo sé —sonrió con un
calidez.
Ella esperaba un regaño de
su parte, pero en cambio recibió una sonrisa que no esperaba de él, una sonrisa
que la hizo temblar de una hermosa manera pero que la confundía.
—¿Entonces, que haremos con
Kai? ¿Saldrás con él?
—No lo sé —Bajo la mirada—;
pronto se aproximan los finales y aún no hemos solucionado esto, incluso las
fiestas…
Tsubasa no la dejo seguir.
—Ya te dije que no te preocuparas
por eso.
—Pero…
—¿Saldrás con él? Prometo
estudiar duro y no bajar tus notas.
—Se lo veía muy decepcionado
¿Verdad? Creo que se lo debo, después de dejarlo de lado desde la última
salida. Pero será después de los finales, dile eso.
¿Después de los finales? Eso
sería para las fiestas, es decir, Ayami… ¿Quería ser ella misma cuando
salieran?; pensaba Tsubasa con dolor.
—Se-Seria para las fiestas
¿Entonces?
—Supongo que sí.
Tsubasa asintió. Eso dolió.
—¡Buenos días! —dijo con
alegría Sakura al entrar.
Rompió con la tensa y
dolorosa atmosfera que Tsubasa había creado.
—Voy al baño.
Se fue rápidamente
dejándolas solas, Ayami no entendía esa reacción ni las anteriores ¿Qué pasaba
con él en estos momento? Al no saber la respuesta, la hacía sentir más torpe
que con la respuesta a su cambio de cuerpos.
—¿Qué pasa con él? —pregunto
Sakura sorprendida.
—No lo sé.
De regreso al salón, Tsubasa
estaba tan distraído que choco con Nana en el corredor.
—¡Lo siento! ¿Nana?
—Te noto algo perdido ¿Estas
bien?
—Algo mareado —Miro al
suelo.
—Bueno pero no es momento de
que te deprimas, tengo una noticia que darles a todos —sonrió mientras lo tomo
del brazo y lo metió al salón donde Sakura y Ayami esperaban—¡Está de regreso! —dijo
sonriendo y sorprendiendo a todos.
—¿La bruja? —dijo Tsubasa
bruscamente.
Nana asintió, a lo que él
quiso salir corriendo pero ella lo detuvo.
—No podemos ir ahora,
tenemos clases.
—Pero…
—Además me vio observándola,
así que dudo que este en el local en este momento.
—Con más razón debemos apresurarnos
—insistió Tsubasa.
—No podemos, ya está el
rector en la entrada controlando las salidas y entradas de los estudiantes.
—¡Maldición!
—Podemos escaparnos en el
almuerzo —dijo Sakura para tranquilizarlo un poco.
Las horas perecían ser
eternas para Tsubasa, quien quería salir corriendo a buscar a esa mujer y
descargar todo lo que había guardado para este día que al fin había llegado.
Ayami no podía dejar de mirarlo y notar esa expresión en su rostro, de cierta
forma podía saber lo que él estaba pensando o al menos se aproximaba.
La hora del almuerzo llego,
el momento tan esperado. Los cuatros se reunieron en el patio trasero para ver
como lograban salirse. Ese día era uno de los más fríos, parecía que pronto
nevaría. Era un día gris. Los amigos lograron salirse por una de la viejas
entradas al campo de entrenamiento, con el frio en su contra, pero la necesidad
de en contra a esa mujer fue más fuerte y los ayudo a soportarlo y salir sin
abrigos para que los profesores no sospecharan su huida.
Finalmente a pocas cuadras
de llegar, pudieron notar a una persona entrara a esa tienda. La última vez que
la visitaron estando abierta nadie entraba en su interior, por lo que solo se
podía tratar de una sola persona, la hechicera.
—¡Esperen! —gritó con
suavidad Sakura a pocos metros de entrar—¿Qué le diremos?
Ni Nana se sentía capaz de
responder en ese momento.
—No debemos atacarla o no
nos dirá nada —agrego Ayami.
—¿Pero le hablaremos de la
maldición que Nana encontró? —pregunto Sakura.
—Primero dejemos que ella nos
diga, si se abstiene a responder ahí le diremos todo —dijo Nana.
Al entrar a la tienda, el
olor al sahumerio le fue muy familiar a Tsubasa, ya que ese aroma lo había
metido esa vez ahí dentro. Se aproximaron lentamente al mostrador que se
encontraba al fondo del local, después de haber pasado el pasillo lleno de
libro viejos y objetos extraños.
—¿Qué los trae a mi tienda? —dijo
amablemente la mujer como si nunca los hubiera visto antes.
—¿No se acuerda de nosotros?
—pregunto Ayami acercándose a ella.
—Claro que sí, linda niña —dijo
sonriendo.
Eso sorprendió a todos
dejándolos helado, ella lo sabía, sabía todo.
—¿Se está burlando de
nosotros? —dijo Tsubasa, no tan tranquilo como Ayami.
—Claro que no, jovencito. Se
ve que has cambiado pero sigues siendo algo impulsivo —Soltó una corta risa.
—Cálmate Tsubasa —dijo Nana—;
por lo que vemos usted debe exactamente lo que está pasando con ellos y debo
suponer que sabe porque estamos aquí.
—A estas dos encantadoras
jovencitas aun no las conozco ¿Sus nombres?
La mujer evadía cualquier
pregunta o acusación.
—Soy Nana y ella es Sakura,
pero ahora responda nuestras preguntas.
—Como pareces una niña
amable y muy inteligente, responderé preguntas inquietas—sonrió.
—Entonces… ¿Qué paso con
ellos? —prosiguió Nana.
—Es evidente que ambos
cambiaron de cuerpo, pero creo que eso ustedes ya lo saben de otro modo no
estarían aquí —continuo sin borrar esa sonrisa—; así que formula mejor tu
pregunta.
Nana quedo petrificada.
Tsubasa quería saltar sobre ella pero Ayami lo sostenía.
—Tiene razón, me disculpo —dijo
Nana y acomodo sus anteojos.
—¡¿Qué?! —pregunto Tsubasa
alterado.
—Continua, niña —insistió la
mujer.
—Ya sabemos que ellos
cambiaron de cuerpo, pero lo que queremos saber es ¿Por qué?
—Los jovencitos entraron a
mi tienda y se colocaron el colla que les di, como consecuencia ellos
intercambiaron sus almas.
—¿Por qué usted hizo eso?
—Yo no lo hice, yo solo le
di los collares y ellos aceptaron ponérselos. Como sus almas se encontraba
inestables entre sí, los collares actuaron por si solos.
—Pero usted sabía que ellos
no tenían muy buena relación, aun así sabiendo lo que pasaría se los dio.
—No fue mi culpa, el alma
del joven pedía por ayuda y entro aquí.
—¿Mi alma? —dijo
sorprendido.
Ayami recordó que fue el
quien solo sintió ese aroma que lo llevo ahí dentro ese día.
—Tu alma no parecía estar
muy contenta con la relación que llevabas con esta jovencita, por lo que pido
ayuda a los talismanes que llevan los collares. Yo solo fui un mediador.
—¿Quiere decir que esto es
mi culpa?
—Claro que no, tu solo
estabas perdido y tu alma fue quien te ayudo a ver y descubrir lo que tanto
deseabas inconscientemente —sonrió y lo miro fijo—; puedo ver que al fin tú lo
has logrado—luego de unos minutos de silencio, miro a Ayami—¡Qué pena! Ella aun
no logra comprender a tu alma.
La tensión de Tsubasa bajo,
pero Ayami era ahora quien estaba preocupada.
—Resumiendo ¿Cómo
solucionamos esto? ¿Cómo vuelve cada alma a su cuerpo? —replico Nana.
—Veo que conoces sobre la
leyenda, no debí subestimarte.
—¿Cómo se dio cuenta?
—Resumiendo —sonrió mientras
la imitaba en cierta manera—; yo no puedo ayudarles, son ellos quienes
encontraran la respuesta, la mitad está hecha por lo que ven mis ojos. Solo
falta que la otra mitad logre comprenderlo.
Ayami sabía que se refería a
ella, pero aun así guardo silencio.
—Eso no tiene sentido, usted
puede deshacer esto —insistía Tsubasa.
—Yo no puedo —dijo la mujer
sorprendida—; este tipo de conjuro no puede ser desecho ni por su creador, son
de las almas de quienes estamos hablando. Solo ustedes pueden hacerlo, ya se
los dije.
—Pero no siquiera sabemos
cómo está hecha la mitad y quiere que lo solucionemos.
—Jovencito, no te
precipites. Sé que lo lograran, están muy cerca.
—Esto no tiene sentido, ya
vámonos —dijo molesto.
La mujer los miraba
marcharse sin borrar su sonrisa.
—Yo sé que ella lo hará —murmuro.
Ayami no pudo evitar voltear
y verla por última vez, la mujer la estaba saludando y ella respondió. No
parecía mala persona, solo quería ayudar y es verdad que ellos estaban fuera de
control en ese entonces. Al pasar los días, Ayami pudo comprender lo mucho que
desperdicio al no conocer a Tsubasa como lo conocía ahora, esto podría haberse
evitado si ambos hubieran puesto de si, no solo el, ella también era culpable
de sus propias acciones.
Fuera de la tienda, Tsubasa
seguía insultando y gritando muy molesto, mientras que Sakura intentaba
tranquilizarlo, ya que estando en el cuerpo de Ayami eso no era muy femenino.
—Es mi culpa, aun soy yo
quien no encuentra la respuesta —dijo Ayami.
—¿De qué hablas? —pregunto
él.
—Con solo ver las miradas de
esa mujer era fácil saber que ella hablaba de mí, aun soy yo quien no resolvió
el acertijo de esto. Tú ya lo hiciste, Tsubasa.
—Yo note lo mismo —dijo Nana—.
Pero ni Tsubasa sabe que hizo ¿Cómo resolveremos tu acertijo, Ayami?
—Debes saberlo, Tsubasa. De
algún modo debes pensar que ha cambiado respecto a nosotros que pudo haber
resuelto la mitad de este acertijo confuso—Lo miro fijamente.
Tsubasa se puso nervioso por
su mirada y se sonrojo.
—¡No lo sé! —Aparto la
mirada—; dame tiempo de pensarlo.
Ayami asintió con una
sonrisa. Esperaría por su respuesta, mientras tanto regresaron al instituto, ya
casi era hora de su próxima clase y estaban tarde.
El resto del día, Tsubasa se
pasó pensando en la respuesta aunque él ya lo sabía, sabia peo lo que
desconocía era la forma de expresárselo a Ayami sin que esta se diera cuenta de
sus sentimiento. Aun así, a la salida, él la detuvo e intento decírselo de
algún modo.
—No estoy muy seguro.
—Solo dime lo que sea,
necesito lograr hacer mi parte —dijo sonriendo.
—Yo creo que llegue a
conocerte de verdad, ya no te miro de la manera en que hace meses lo hacía, es
decir, ya no eres una chica mandona y controladora, sino una luchadora y que
quiere cumplir sus sueños ¿En-Entiendes? —Trato de decirlo sin que sospechara
de sus sentimientos, aun así se puso algo nervioso.
Ayami era despistada en el
amor, así que lo entendió a su manera.
—Entonces —Gurdo silencio
por unos minutos mientras pensaba—¡Ya se! —grito con euforia.
—¿Q-Que sabes? —pregunto
sonrojado.
—¡Ya sé cómo encontrar una
solución! —sonreía—¡Salgamos este fin de semana!
—¡¿EN QUE ESTAS PENSANDO?!
—No te alteres, es para
conocer más sobre ti de modo divertido como recompensa por ayudarme —sonrío
nuevamente—; tu dijiste que ya no me ves como antes, ahora me conoces, entonces
yo debo hacer lo mismo pero para que no la paces mal te invitare al parque que
abrirá este fin de semana por las fiestas.
—Estás loca.
Se dio media vuelta y
comenzó a caminar, Ayami no entendía lo que quiso decir el antes pero le daba
risa del modo que ella lo tomaba, de todos modos terminaría aceptando salir con
ella, solo que era divertido verla correr tras de él mientras le rogaba ayuda.
Flor ~ Hana Sakura ~
Me encanto la historia! Y espero que se arregle eso de tu Blogger (maldito blogger, siempre jodiendola con algo...). Ahhhgg! Ayami! No sea lenta! Date cuenta de tus sentimientos! Agggg! Ayami porque eres tan Ayami... (Ceci: Te das cuenta de que estas hablando de una historia, verdad? Inventada... Stella: Ahh... Verdad... Y que tiene!? Ceci: *facepalm*). Tsubasa es tan Asdfghjkl <3 Lo amo! Un dia de estos lo raptare y le dar con el látigo (?
ResponderEliminarBss ^^
Jajaja Hola!! Gracias por tu comentario tan divertido ^^... Bloggertroolllll -.- jaja ... Todas imaginamos un Tsubasa tan sensual y latigable xD ok, no ... Beso :)
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